jueves, 28 de mayo de 2009

Mario Benedetti ha muerto. Su cuerpo, su expresión al mirar, sus gestos al escribir...
Ahora nos queda ese territorio de las palabras, sus versos, que a muchos nos acompañaron durante la adolescencia y primera juventud; otros van descubriéndolos ahora. No importa el tiempo en que llegamos a la poesía, lo importante es que nos haga vivir mejor, como siempre lo hizo Benedetti. Este es un fragmento de Asunción de ti:




1
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
situarnos en alguna estación
dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

viernes, 8 de mayo de 2009

El tiempo y aquella noche en que el mundo tuvo los colores del sueño. Los días han pasado uno a uno sobre mi piel, estoy cansada de mirar al horizonte, de esperar al viajero que no llega a mi puerta, que perdió sus pasos... en mis manos hace mucho frío