sábado, 21 de noviembre de 2009


De pie, miraba los tejados de París y pensaba: «No te preocupes. Hasta ahora has escrito y seguirás escribiendo. Lo único que tienes que hacer es escribir una frase verídica. Escribe una frase tan verídica como sepas.» De modo que al cabo escribía una frase verídica, y a partir de allí seguía adelante. Entonces se me daba fácil porque siempre había una frase verídica que yo sabía o había observado o había oído decir.
(París era una fiesta, Ernst Hemingway)
Meterme bien dentro de mí es una práctica antigua, pero a la hora de salir sufro. El mundo y sus rutinas, sentir el paso del tiempo, tener que levantarme y salir a trabajar, a decir 'buenos días', a comprar, todo eso, algunas veces, me llena de tedio. Tengo que entrar en ese juego si quiero existir. Qué es, de hecho, existir? no más que un fingimiento, una trampa.
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Dónde estaba yo? sentada en un banco viendo caer las hojas, esperando el invierno, subiendo a un avión, arriesgando palabras... dónde estaba cuando la vida pasó de largo y no vi que me tendían la mano?

martes, 27 de octubre de 2009

Ahora solo hay silencio.
Cuando vuelvan las palabras
las dejaré decir...

domingo, 2 de agosto de 2009

La poesía se va como el amor
se va en las mañanas de lluvia
deja un beso húmedo y frío
y la certeza del adiós.
Delante de mí, como un enemigo que espera
está la página en blanco.
No sé decirle mi nombre
o el tamaño del silencio.
En algún lugar del pasado o del porvenir
están mis palabras
--es la única media-verdad que
tengo por respuesta.

jueves, 25 de junio de 2009

No me acostumbro. Estamos en la era de las disculpas. Primero te hiero, después pido disculpas. Y por si fuera poco llegan por correo electrónico o mensajes de celular, bonitas palabras, frases célebres tomadas para la ocasión, profundas disertaciones sobre el mundo y los problemas humanos... cada día damos menos la cara. Compramos y amamos por internet, y también rompemos nuestras relaciones por esta vía. Adquirimos mercancía, nos deshacemos de mercancía. No paro de preguntarme qué somos, en qué nos estamos convirtiendo, hacia dónde vamos...

jueves, 28 de mayo de 2009

Mario Benedetti ha muerto. Su cuerpo, su expresión al mirar, sus gestos al escribir...
Ahora nos queda ese territorio de las palabras, sus versos, que a muchos nos acompañaron durante la adolescencia y primera juventud; otros van descubriéndolos ahora. No importa el tiempo en que llegamos a la poesía, lo importante es que nos haga vivir mejor, como siempre lo hizo Benedetti. Este es un fragmento de Asunción de ti:




1
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
situarnos en alguna estación
dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco a ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve rasgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.

viernes, 8 de mayo de 2009

El tiempo y aquella noche en que el mundo tuvo los colores del sueño. Los días han pasado uno a uno sobre mi piel, estoy cansada de mirar al horizonte, de esperar al viajero que no llega a mi puerta, que perdió sus pasos... en mis manos hace mucho frío

martes, 14 de abril de 2009

Al contrario de Cortázar sé que tu luz espera tras de toda sombra. Por eso valen la pena las orugas diarias, los tropiezos continentales, los veranos feroces y las esperas infructuosas de seres que se creen elegidos. Sonrío.

martes, 24 de marzo de 2009

34

En Santa Maria delle Grazie
estuvieron aquel catorce de febrero.
Él buscaba un nombre,
imágenes más allá del mar.
Ella trataba de asir
el enigma de sus manos.
Era noche de fantasmas,
ruidos llevados por el viento
no los dejaron verse entre la multitud;
quizás buscaban tanto
que no supieron encontrarse.
Me pregunto cuántos como ellos
se sueñan en la distancia
sin abrir ventanas,
se miran como a cualquiera
y no atraviesan la niebla,
no se reconocen.
30
(ruidos de la tarde)

Afuera
transeúntes que me desconocen
apuestan las horas,
muestran bocetos de su felicidad
a cualquier precio.
Los escucho detrás de esta pared
donde no me adivinan
como si sus noticias fueran una señal,
no confirmación,
de la existencia.
Dentro solo está mi nombre,
versos que no consiguen traerte.
Tú,
desvergonzadamente lejos.
Los demás tan cerca,
aullando su presencia.

sábado, 21 de marzo de 2009

Hoy es el día mundial de la Poesía. En el hemisferio norte comienza la primavera. A todos lo que se apoyan en la poesía para continuar, sea escribiéndola, leyéndola o amándola; a todos los que no pueden leerla por alguna razón, pero la llevan dentro y la practican, este poema del argentino Jorge Luis Borges.

ARTE POÉTICA - Jorge Luis Borges

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Si estás de ese lado, un día estarás de este. Si esperas, un día serás el esperado; si engañaste, un día te engañarán... No te preocupes, eres un actor y el papel te espera. Unas veces serás el arquero, otras el blanco...

martes, 17 de marzo de 2009

I
Soy quizás
el eco que no existe,
la soledad de una roca tendida sobre el pasto,
inútil grito en medio de la noche.
En la oscuridad
nada perdura,
solo palabras se desconocen entre sí.


II.
Soy una luz cayendo
-apenas tierna-
siempre levedad.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

viernes, 13 de marzo de 2009

Uno intenta escribir lo que quisiera leer. Otras veces lee lo que quisiera escribir.
Lo primero que leí de Idea Vilariño fue "Ya no", un poema que todavía me causa cierto estremecimiento. Confieso que pocas veces he leído algo tan desgarrador. Hoy, dentro de una selección de su poesía, también hallé "Eso". Es admirable la forma breve y precisa, el peso de cada palabra. Nada falta, nada sobra.

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volverá a tocarte.
No te veré morir.
ESO
Mi cansancio
mi angustia
mi alegría
mi pavor
mi humildad
mis noches todas
mi nostalgia del año
mil novecientos treinta
mi sentido común
mi rebeldía.
Mi desdén
mi crueldad y mi congoja
mi abandono
mi llanto
mi agonía
mi herencia irrenunciable y dolorosa
mi sufrimiento
en fin
mi pobre vida.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Increíblemente solos
como en la muerte...
He de construir murallas de piedra
altos muros,
he de vivir en la casa desde la cual siempre se ve la luna...

viernes, 6 de marzo de 2009

Atenta a tu rostro
veo caer el sol.
Las distancias me sobrecogen este domingo.
Desde la ventana
el mar es un sueño dócil.
Pides un verso delirante
improvisado
mas no me animo a las palabras
más bien cierro los ojos, te imagino,
como cuando no estás cerca.
Atenta a tu rostro
persigo un barco que fenece con la tarde.

(En Aracaju, 3 de marzo de 2009)

lunes, 23 de febrero de 2009

A propósito de un poema de B.Y.

Vamos a imaginarnos que estamos sentados en un
cafetín de artistas en París, en la margen izquierda del Sena…
(Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo)


No la vimos pasar.
Estábamos en aquel cafetín
acechando una barcaza río abajo.
No vimos las sucias ropas,
sus lágrimas marcadas en el rostro
cual azotes.
Solo un grito perdido en la muchedumbre
y algún tranvía a lo lejos
pudieron herir la quietud del atardecer.
Mas no sabría decir que algo rompiera el instante.
Absortos ante el espectáculo del Sena
cualquier tragedia hubiera sido una fría postal
observada al descuido
u otra efímera obra de nuestra imaginación.
Algunos poemas de Alejandra Pizarnik

El olvido

en la otra orilla de la noche
el amor es posible

-llévame-

llévame entre las dulces sustancias
que mueren cada día en tu memoria


13

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome


En tu aniversario

Recibe este rostro mío, mudo, mendigo.
Recibe este amor que te pido.
Recibe lo que hay en mí que eres tú.

Vértigos o contemplación de algo que termina

Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así.

jueves, 19 de febrero de 2009

Para L
Posso ver pela janela, pequenas bandeirinhas de carnaval, distantes nuvens... as leves conversas dos outros chegam pelo sonho. Há, agora mesmo, alguém distante... muita gente distante de mim, eu mesma do outro lado do mundo. Há perguntas sem resposta, e estes versos que me definem:

Uma parte de mim
é todo mundo:
outra parte é ninguém:
fundo sem fundo.

Uma parte de mim
é multidão:
outra parte estranheza
e solidão.

(Fragmento de Traduzir-se, de Ferreira Gullar)
Marcharse...
lo cercano se borra
fundando desencuentros.
Perderse en la agonía de la tarde
como en la salvación
del último tren,
si el límite alcanzara el horizonte
cual si todo terminara donde en sí comienza.
Marcharse,
aunque nadie nos espere al fin,
solo alejarnos poco a poco,
quedándonos.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

martes, 17 de febrero de 2009

Vuelves a estar en mí,
a habitarme como una casa abandonada
a la que llega un viajero
hace siglos perdido.
Otra vez me asombro ante el amor,
dudo, extraño, reconozco.
Otra vez escribo para un nombre
o una ciudad cualquiera. Y espero…
Tras los parques
siempre hay unos ojos
y yo los aclamo.
Ellos no saben
que puedo ser lo que buscan.

(De Los ojos de otro hombre, Sed de Belleza, 2000)
El cómplice, Jorge Luis Borges

Me crucifican y yo debo ser la cruz y los clavos.
Me tienden la copa y yo debo ser la cicuta.
Me engañan y yo debo ser la mentira.
Me incendian y yo debo ser el infierno.
Debo alabar y agradecer cada instante del tiempo.
Mi alimento es todas las cosas.
El peso preciso del universo, la humillación, el júbilo.
Debo justificar lo que me hiere.
No importa mi ventura o mi desventura.
Soy el poeta.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Poemas de Margaret Atwood

Esta es una foto mía


Fue tomada hace algún tiempo.
Al principio parece
una copia
borrosa: líneas imprecisas y manchas grises
dobladas con el papel;

luego, al escrutarla,
ves en la esquina izquierda
algo así como una rama: parte de un árbol
(bálsamo o abeto) que sobresale
y, a la derecha, en la parte superior, al centro
lo que puede ser una plácida
ladera, una pequeña casa de madera.

En el fondo hay un lago,
y detrás de éste pequeñas colinas.

(La foto fue tomada
el día después de que me ahogara.

Yo estoy en el lago, en el centro
de la imagen, justo debajo de la superficie.

Es difícil decir dónde
precisamente, o decir
cuán grande o pequeña soy:
el efecto del agua
en la luz es una distorsión

pero si miras lo suficiente,
al final
podrás verme.)



Variación de la palabra sueño


Me gustaría verte dormir,
lo cual podría no suceder.
Me gustaría observarte,
durmiendo. Me gustaría dormir
contigo, entrar
en tu sueño mientras su ola oscura y suave
se desliza sobre mi cabeza

y caminar contigo por ese radiante
ondulante bosque de hojas verdeazules
con su acuoso sol y tres lunas
hacia la gruta donde debes descender,
hacia tu peor miedo.

Me gustaría darte la rama
plateada, la florcilla blanca, la única
palabra que te protegerá
del dolor en el centro
de tu sueño, del dolor
en el centro. Me gustaría seguirte
al subir la extensa escalera
otra vez y convertirme
en la barca que te llevará de vuelta
con cautela, una llama
en dos manos ahuecadas
donde reposa tu cuerpo
a mi lado, y mientras entras
en ella con esa tranquilidad

me gustaría ser el aire
que habita en ti solo
por un momento. Me gustaría ser así tan inadvertida
y tan necesaria.
Poema de amor

Como esta flor
es la vida del hombre.
Con ella
me deshojo a ratos,
sin ti.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

miércoles, 4 de febrero de 2009

Tal vez fui Anais.
Soñé un río
una barcaza pobre,
queriendo ser canción de quien se aleja.
Guardo el recuerdo de una tarde
en París,
un mendigo gritó sin mirar a nadie:
“ Eres solo un pétalo de la Rosa.”
Leí un mensaje extraviado:
“ Es el río quien te arrastra. Ni Dios decide.”
Estas frases marcaron mi vida
aunque no me lo explico.
Después de todo
no hay que creer siempre a los mendigos
ni a los mensajes llevados por el viento.
Esto es solo un recuerdo
que corre le riesgo de perderse.
Yo también fui Anais
descifrando el misterio.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

lunes, 2 de febrero de 2009

En la calle
me llaman por mi nombre,
una voz lejana que abandona la infancia
y me sigue los pasos.
Presiento que alguien se esconde
después de aldabas y aguaceros.
A pesar de la huida pasajera
el hombre corre,
se asusta,
niega su impaciencia
cuando ve
los ojos de otro hombre.

(De Los ojos de otro hombre, Editorial Sed de Belleza, 2000)

miércoles, 28 de enero de 2009

6

¿Adónde pertenezco?
No esta tierra, no aquella.
Tu cuerpo, tal vez.
Una palabra.

7


Siempre la huida tras los párpados,
añoranza de quien se aleja y a la vez permanece.
Desconocimiento de esta piel
pesadilla de transitar senderos…
Soy extranjera de mí misma.

13

Uno pierde los amigos
que se alejan sin despedirse,
dejándonos la inexistencia
y unos cuantos papeles escritos con su letra.
Uno va perdiendo las fuerzas,
el milagro del día,
la escasa hora de la dicha
cuando todos se fueron
y solo han quedado las palabras
en el borde de las tazas,
en la ceniza de lo efímero.

jueves, 22 de enero de 2009

Poemas varios

A veces
quisiera ser otra,
decir nombres
de manera diferente
y no ciertas palabras que me queman.


**

No escucho voces
solo pasos se agolpan
hacia un destino perdurable.
El próximo minuto
-esquife contra el viento-
apenas una pregunta
se arriesga al estropicio
cuando ya han naufragado las respuestas.

**

Me rindo
ante el absurdo de ser culpable,
como quien predestinado nace
a recoger piedras lanzadas en la noche
para devolverlas
a la mano que traiciona.


(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

viernes, 9 de enero de 2009

A propósito de mí y de aquel poema de Alexis Castañeda que dice: “La calle Neptuno es el único lugar/ donde acudo a llorar de madrugada.”

En la calle Neptuno
debo escribir lo que me falta:
enumeración de pérdidas donde aún puedo salvarme,
el lugar que debimos compartir.
y no sucedió lo que otros predijeron,
solo nuestras manos para romper
el silencio de las horas.
En la calle Neptuno,
de donde vi tantas veces el mar,
más que la suciedad
me golpeó la nostalgia ,
lo que no tuve en esta calle
ni en ninguna.
Aquellos sitios adonde nadie me predestinó
suelen hacerme padecer.
Ahora escribo cuánto duelen
las palabras que no dije,
los barcos que dejé partir
en la terneza del encuentro.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

jueves, 8 de enero de 2009

Y en aquel sitio
al que no fuimos
¿de qué parte soplará el viento?
¿qué ventana abrirá
a la buena suerte?
¿qué olores tendrán los rincones,
los retratos viejos, las personas?
¿quién esperará por nuestros pasos
a la hora de cerrar la puerta?
¿qué suspiro saldrá entonces
por la hendija de la noche?

(De Los ojos de otro hombre, Editorial Sed de Belleza, 2000)