martes, 17 de marzo de 2009

I
Soy quizás
el eco que no existe,
la soledad de una roca tendida sobre el pasto,
inútil grito en medio de la noche.
En la oscuridad
nada perdura,
solo palabras se desconocen entre sí.


II.
Soy una luz cayendo
-apenas tierna-
siempre levedad.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)

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