viernes, 9 de enero de 2009

A propósito de mí y de aquel poema de Alexis Castañeda que dice: “La calle Neptuno es el único lugar/ donde acudo a llorar de madrugada.”

En la calle Neptuno
debo escribir lo que me falta:
enumeración de pérdidas donde aún puedo salvarme,
el lugar que debimos compartir.
y no sucedió lo que otros predijeron,
solo nuestras manos para romper
el silencio de las horas.
En la calle Neptuno,
de donde vi tantas veces el mar,
más que la suciedad
me golpeó la nostalgia ,
lo que no tuve en esta calle
ni en ninguna.
Aquellos sitios adonde nadie me predestinó
suelen hacerme padecer.
Ahora escribo cuánto duelen
las palabras que no dije,
los barcos que dejé partir
en la terneza del encuentro.

(De Nadie llega en la tarde, Editorial Capiro, 2003)