sábado, 14 de abril de 2012

de Dulce María Loynaz

Criatura de isla

Rodeada de mar por todas partes,
soy isla asida al tallo de los vientos...
Nadie escucha mi voz, si rezo o grito:
Puedo volar o hundirme... Puedo, a veces,
morder mi cola en signo de Infinito.
Soy tierra desgajándome... Hay momentos
en que él me ciega y me acobarda,
en que el agua es la muerte donde floto...
Pero abierta a mareas y a ciclones,
hinco en el mar raíz roto.
Crezco del mar y muero de él... Me alzo
¡para volverme en nudos desatados...!
¡Me come un mar batido por las alas
de arcángeles sin cielo, naufragados!


Poema XXVII

Miro siempre al sol que se va
porque no sé qué algo mío se lleva.


Poema XXIX

En cada grano de arena hay un derrumbamiento de montaña.

No hay comentarios: